viernes, 2 de septiembre de 2011

Juego de Traiciones

Basada en una historia real, este thriller político cuenta la historia de Valerie Plame (Naomi Watts), una agente secreta de la CIA cuya identidad fue filtrada a los medios cuando aún se encontraba en actividad. Esta información fue propagada por orden del gobierno, como represalia a las denuncias del esposo de Valerie –el diplomático Joseph Wilson (Sean Penn)- quien acusó al presidente George W. Bush de fabricar pruebas para justificar la invasión de Irak. Estamos ante la típica película de denuncia y lucha contra el sistema, al estilo de Hollywood. Los halcones de derecha no querrán saber más sobre ‘Juego de Traiciones’ –posiblemente acusen a Valerie Plame y a Joseph Wilson de ser “caviares”-, pero eso no quiere decir que sea necesariamente una buena película. Hay que reconocerle oficio y buenas actuaciones, por allí un uso oportuno de las fuentes periodísticas verdaderas –es ficción, pero la documentación es aprovechada a la manera de un documental-, pero se echa de menos densidad dramática, profundidad en el retrato de la vida conyugal (resulta increíble que la presencia de los hijos pequeños apenas se note). Todo pasa demasiado rápido, no hay momento para la pausa, como si en la sala de montaje se hubieran propuesta cortar las tomas cada 5 segundos. Este método puede funcionarle al director Doug Liman con ‘La Identidad Bourne’ (2002) y ‘El Señor y la Señora Smith’ (2005) –qué curioso, todas son de espías- pero cuando no hay balaceras ni persecuciones, hay que esforzarse por ser más comprometido con los personajes. Al final, mucho ruido y pocas nueces; es una carrera por saber quién es el mejor patriota.

CALIFICACIÓN: **

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