lunes, 25 de julio de 2011

Quiero Matar a mi Jefe

Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day son tres amigos sin nada en común, sin ningún recuerdo colectivo, sin ningún lazo emocional, salvo el desprecio hacia sus respectivos jefes. De un momento a otro, entre trago y trago, discuten la posibilidad de eliminarlos físicamente, como una solución práctica a sus problemas. Cuando uno de ellos se atreve a dudar si valdrá la pena semejante esfuerzo (porqué contratar a un sicario cuesta plata), aparece de la nada un pobre hombre que siempre obedeció las órdenes de sus superiores y ahora debe ganarse la vida en el baño de los caballeros. Esa aparición grotesca es la justificación psicológica para continuar con el plan criminal. La cínica ‘Quiero Matar a Mi Jefe’ es ese tipo de comedia negra que reparte chistes fáciles como caramelos en Noche de Brujas. Aunque se llene la boca con referencias cinéfilas, el director Seth Gordon solo tiene en la cabeza el modelo exitoso de ‘¿Qué Pasó Ayer?’, o “cuando los yuppies se portan mal y se dejan llevar por sus bajas pasiones”. Incluso se repite la toma de los amigos avanzando en cámara lenta hacia la cámara, como una pandilla salvaje a punto de inmolarse. El problema no es la incorrección política o el humor gamberro en sí mismo, sino la falta de estilo, de una mirada crítica que le de sentido a tanta payasada. Es difícil tomarse a la ligera una farsa tan burda, tan ilógica, que encima apela a nuestra complicidad. Las caracterizaciones son igual de horribles.

CALIFICACIÓN: *

No hay comentarios:

Publicar un comentario